Ante la noticia de la ocupación de las islas, la sociedad argentina se conmocionó, la gente salió alas calles a festejar donde días antes habían salido a exigir justicia y respeto a la Constitución. El gobierno logró su cometido generando un gran apoyo hacia la acción en las Malvinas. Con esto liberó gran parte de la presión social que el gobierno argentino tenía en su contra. El gobierno convocó a representantes de todas las distintas facciones opositoras políticas, para informarlos de las operaciones y la ocupación de las islas, la respuesta de los grupos políticos fue también de apoyo y adhesión.
Mientras tanto en Inglaterra la situación política no iba del todo bien, ya que el gobierno de la primer ministro Margaret Thatcher se enfrentaba a diversas dificultades, al momento de la ocupación argentina, las criticas al gobierno se agudizaron, ya que los medios crearon la imagen de que Gran Bretaña había sido agraviada por una invasión argentina. Las criticas provenían de quienes aseguraban que Thatcher pudo prevenir esa ocupación y nada o poco hizo para evitarlo, pese aun que la sociedad inglesa tomo con una gran indiferencia, el debate político se elevó bastante, los grupos mas conservadores exigían la acción, y reclamaban a la primer ministro Thatcher por su inacción y debilidad.
Al final los grupos conservadores belicistas se impusieron en la discusión por lo cual la primer ministro vio que una victoria militar seria la posibilidad de consolidarse internamente ya que la inacción significaría el colapso de su gobierno. Ambos países rompieron relaciones casi de manera inmediata después de que se dio a conocer la ocupación argentina, y se decidió enviar una flota expedicionaria para recuperar las islas, en contra de la opinión de algunos políticos, medios de comunicación y mandos militares que aconsejaron la no intervención, argumentando que el costo económico y logístico de enviar una flota hacia Argentina seria ruinoso e innecesario.
Estados Unidos advirtió sobre la necesidad de no atacar el territorio continental argentino, sin embargo los grupos más conservadores y duros del parlamento británico exigían lo contrario.Gran Bretaña obtuvo de inmediato el respaldo de la comunidad europea y del consejo de seguridad de las Naciones Unidas que declaro a Argentina como la nación agresora, en contraparte al poderoso apoyo con el que contó Gran Bretaña, Argentina no logró conseguir apoyos. Estados Unidos solo ofreció un mediación para una salida negociada, esfuerzos también infructuosos ya que ninguna de las partes podía ceder. Cualquier acuerdo que no implicara la cesión de las islas a Argentina significaría una derrota, lo cual era inaceptable para la junta militar, ya que estaban atrapados contra la movilización patriótica de apoyo que ellos mismo habían creado.
Fuente: SAN MARTINO DE DROMI, Laura, Argentina Contemporánea, segunda mitad del siglo XX. OLIVA, Enrique, Malvinas desde Londres.
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